4.- La ciudad bizarra que no se ve en los folletos turísticos


Esa videoteca mundial que es YouTube no podía relegar a los riocuartenses al pasivo rol de espectador. Si bien hoy se cuentan de a cientos los que son capaces de pasarse horas buceando en el riquísimo material almacenado ahí, otros no se conforman con la búsqueda y deciden pasar del otro lado del mostrador.
El material videográfico made in Río Cuarto que fue incorporándose al sitio de Internet creado en febrero de 2005 por los jóvenes estadounidenses, Chad Hurley y Steve Chen, hoy incluye al menos 1.430 producciones.
Eso si se cuentan aquellos videos que pueden ser encontrados cuando se ingresa la palabra “Río Cuarto” al buscador de YouTube, pero la cifra crece si a esos se suman los que fueron subidos a la red sin colocar el lugar de procedencia en la escueta información que acompaña cada video.
La palabra “producción” acaso suene pretenciosa para definir algunos de los momentos que suelen inmortalizarse en el sitio, pero ya sean naif o zarpados, creativos o abúlicos, transgresivos o previsibles, a su modo dan cuenta del costado más bizarro de la ciudad, ése que no suele aparecer en los formales folletos que se reparten en las oficinas de turismo.
Cómo definir sino al video más difundido de estas pampas, ese que muestra a ocho adolescentes arrojándose desde el puente carretero a las pocas profundas aguas del río. La filmación casera tuvo su pico de visitas después de que el noticiero local Telediario lo rescatara de la red para exhibirlo en su programación, acompañado de una severa advertencia de que a nadie se le ocurra imitarlos.
La infartante secuencia que muestra al más lanzado (el término calza justo) de los acróbatas tirándose de espaldas desde una de las barandillas, o a uno de sus amigos arrojándose desde el punto más alto del puente con una sombrilla, recibió desde su publicación nada menos que 12.036 visitas. Tanta repercusión alcanzó el chapuzón colectivo que uno de ellos decidió sacudir otra vez la adrenalina de los espectadores subiendo otro videíto tan heavy como aquel en el que se lo ve haciendo una vuelta mortal… ¡montado en una bicicleta!
La pirueta, y el video, apenas si duran unos pocos segundos, los suficientes como para que se le corte la respiración a más de un desprevenido.

Previa, alcohol y reviente

Pero apenas una parte del material autóctono almacenado en YouTube pertenece a este tipo de videos que podríamos llamar de destrezas. En cambio, todo un capítulo aparte se podría llenar con las filmaciones caseras de grupos de amigotes enfiestados en alcohol, cuyo contenido, muchas veces, se limita simplemente a eso: a mostrar la velocidad con la que una vaso de fernet desaparece en sus gargantas.
Y sí, repasando esos videítos, hay mucho “Eeeea”, “Uaaaaa”, y todo tipo de onomatopeya imaginable. Pero tampoco es cuestión de escandalizarse: se sabe, los chicos de hoy toman y mucho, pero ahora además se filman, y suben las evidencias del emborrachamiento a Internet.
“Yo en una época lo usé para subir dos o tres videos. En uno puse una especie de Gran Hermano que en realidad era un jueguito de computadora que estaba editado por mí. Pero lo que nunca haría es poner ahí imágenes mías. ¿Por qué? No lo haría por pudor, porque te ve cualquiera y también cualquiera puede poner una opinión sobre eso que ve”, dice Matías Casán, un internauta de 17.
Matías dice que le dio una mirada al material que otros riocuartenses suben a la red y no parece demasiado conmovido por lo que vio: “Algunos son entretenidos, pero hay otros… -dice con tono de sentencia-. En el colegio donde voy filmaron a una chica que estaba peleando en el aula, lo hicieron con un celular y sin avisarle nada. Ahora eso puede verse en YouTube”.

“Podría ser más rico el material”

No todo lo que se ve es simple regodeo, esta vidriera virtual y gratuita puede ser muy útil cuando se la sabe aprovechar. Javier Toribio, un músico de 21 años que toca en una banda de rock, confiesa que gracias a YouTube se ahorraron el gasto que implica grabar un demo. “La verdad es que yo lo uso más para buscar cosas que para subirlas, porque ahí encontrás lo que querés. Pero en alguna oportunidad le usé para mostrar lo que nosotros hacemos y tengo que decir que me sirvió, porque gracias a eso nos terminaron llamando”,dice.
Al igual que Matías, Javier cree que entre los videos locales hay demasiado abuso “de las juntadas o previas con los amigos, me parece que podría ser más rico el material, digo, un poco más creativo”.
¿Simple exhibicionismo o necesidad de plantar bandera en la vasta red? Lo cierto es que cada vez son más los que deciden exponer parte de la vida privada o pública con la esperanza de que algún navegante recale en estas costas y, al menos por unos pocos minutos, nos rescate del anonimato.
¿Seguimos espiando?
Entre tanta acrobacia y tanto alcohol, hay por lo menos dos videos de no más de un minuto de duración que resultan inclasificables aunque, esforzándonos un poco, podrían encasillar en la categoría de “padres aburridos y babosos”.
En uno de ellos, se ve un bebé que es paseado en hombros de su padre, de una punta a otra de la vereda. No hay nada más que eso para ver. Ni siquiera se oye una palabra. El padre está tan arrobado con su carga que no se le ocurre nada para decir, y el bebé es tan nuevito que aún no adquirió los rudimentos del habla. Eso es todo. Fin.
En el otro, se oye la voz en off de un padre ¿norteamericano? que, acaso sobrepasado por la abulia de esta villa, decide filmar a sus dos hijos subiendo y bajando del ascensor del hotel donde se aloja la familia. En inglés, el tipo alcanza a decir algo así como: “y esto es un día de vacaciones aquí”.
Queda dicho, la ciudad que los internautas muestran en YouTube, no es precisamente la que promociona la secretaría de Turismo.

Pubilcado en Puntal el 20 de julio de 2008

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